Le dolía tanto recordarla que se acostumbró a no pensarla.
Tanto le dolía pronunciarla que dejó de nombrarla , de leerla , de escribirla .
Lo unico que no pudo hacer fué dejar de oirla .
La escuchaba en las calandrias cuando abría las ventanas por la mañana y sabía que su risa tenía el mismo canto .La sentía correr por la vereda y golpear la puerta ,como lo hace el viento antes de la lluvia , y hasta la sintió respirar a su lado mientras dormía en el eterno tic - tac de los relojes .
Tanto la sintió que una mañana decidió terminar con su tortura .Si no te vas a llevar todo de ti , se dijo a si mismo en esas conversaciones que solo mantienen los desesperados con sigo mismos , entoces yo te voy a devolver lo que olvidaste .
Y cargó en una caja sus noches en vela , sus despertares angustiados , sus caminatas por el centro buscando la casualidad de encontrarla, el tintineo de sus pulseras , el sonido de su cuchara al remover el azucar en su taza de café. Cargó el perfume de la almohada , el sudor de sus amores , el calor de sus abrazos y hasta las cosquillas de su cabello en la cara .Todo lo puso en la caja , escribio en la solapa Lucia y caminó las 7 cuadras que habían hasta su casa. Toco el timbre varias veces , y como nadie salía , dejó el paquete en el borde de la ventana . Quizas sea la fiebre de los desesperados , pero antes de salir del jardín , su cuerpo comenzó a perder peso y a flotar sin rumbo. El viento lo tomó por sorpresa y lo empujó contra el paraiso de la vereda haciendolo girar como una una pluma sin peso.Intento agarrarse de las ramas del olmo de la vecina y casi se golpea con la parada del central verde en un vano intento por no seguir divagando y solo logró tocar tierra cuando ya estaba cerca del jardin de su casa . No se acordaba para que se había levantado tan temprano. Solo sintió que los pulmones se le habian vuelto mas grandes.
Gabriela Barrera Delic
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