Quiero comer los caramelos de goma robados de arriba de la alacena de la cocina ..esos eran los mas ricos , porque los comíamos rápido , teniendo cuidado de no hacer ruidos con los papelitos. Nos llevó todo un verano , aprender a abrir la puerta de la cocina sin que hicieran ruidos las bisagras, poniendole el aceite de la máquina de coser de a gotitas y acomodar las dos sillas , una sobre otra , para sacar el tarro azul que estaba detrás de los paquetes de harina.Y lo difícil no era alcanzar el tarro , sino bajar de semejante pirámide con la misma discreción con que habíamos subido.
Quiero estudiar historia , jugando a la guerrita en el jardín de mi abuela , armando las trincheras en los matorrales de calas y el cuartel general debajo de la maltratada retama.. que lindas guerras mundiales tuvimos ese año, avanzando cuerpo a tierra, con la cara llena de barro , estudiando los movimientos para atacar al enemigo y apostando a la batalla como la misión mas grande de nuestras vidas .No teníamos idea de quienes eran los chinos , los rusos y los alemanes Nuestras guerras siempre tuvieron los mismos generales , los mismos soldados y los mismos objetivos.Eran los soldados de Guille , peleando contra los de Marcos y el que ganaba podia usar primero la bicicleta.
Quiero descubrir el mundo , empezando por el sitio baldío del fondo de mi barrio, hurgando en los secretos de sus tesoros guardados, convertirme en cazadora, cruzando los senderos de las cañas casi secas , para encontrarnos con la laguna de los sapos y las ranas...Una rana es un animal fantástico .Si nunca tocaron una , se perdieron de una sensación tan particular como extraña, con la piel suave, casi como una loza y espantosamente fría queriendose escurrir asustada , mientras el corazón desesperado le late entre tus manos .
Quiero que llegue enero y no tener sueño al horario de la siesta , porque nada es mas lindo que escaparse a las tres de la tarde por la ventana del cuarto de mi hermano para hacer la planchita en la pileta ..Que lindo que era mirar el cielo flotando panza arriba , esperando que la libélula se anime a apoyarse en mi pecho así podía atraparla y mostrársela a los chicos cuando me venian a buscar para ir a jugar a la vereda.
Quiero que llegue la noche , para meterme en el ropero a contar historias de terror con mis hermanos, con la linterna de mi papá escondida en la panza y morirme de miedo escuchando como la novia triste de vestido negro se bajaba del taxi y traspasaba caminando las paredes del cementerio San Jerónimo ante los ojos atónitos del taxista que nunca pudo cobrar su viaje.
Quiero pensar que todavía puedo soñar con qué quiero ser cuando sea grande y contestarles que de grande quisiera tener por un día , la oportunidad de volver otra vez a mis ocho años. Y juro por Dios que ni loca , pero ni loca, termino ese día, sin revolcarme en el pasto , sin saltar de la hamaca cuando esté en lo mas alto y sin rasparme las rodillas por última vez, trepandome a la tapia de de Doña Sabina , para robarme sus mandarinas...
Gabriela Barrera delic
